Cuando Hiram B. Otis, Ministro de los Estados Unidos, adquirio Canterville, todo el mundo le dijo que era una locura porque, ese lugar estaba embrujado... Con su esposa Lucrecia, el hijo mayor Washington, la hermosa hija Virginia y dos traviesos gemelos, se mudan a la mansión, burlándose constantemente del fantasma. El fantasma no logra asustarlos, y más bien pasa a ser víctima de las bromas y en general, del pragmatismo de todos los miembros de la familia, por lo que cae en enojo y depresión.
El clásico cuento de Oscar Wilde, en su versión completa, adquiere una nueva dimensión con las bellas ilustraciones de Barbara Brun.