Una mañana en el recreo, Remi se enoja con Fatú y le grita: “¡Un caballo en piyama!”. Fatú nunca se había preguntado por su apariencia, pero ahora por primera vez se siente diferente. ¿Por qué mi vestido es rayado?”. El vestido de Ana, la cigüeña, es blanco; el de Remi, el oso, es chocolate, y el de Medi, el conejo, es castaño. La pequña cebra está triste. Para consolarla, sus padres le contarán la historia de sus orígenes: sus rayas son su herencia, pero también aquello que la hace única.
Permite abrir la conversación acerca de temas como el bullying, el racismo, la migración, poniéndo énfasis en el valor de la diferencia en la construcción de nuestra identidad.