Solemos pensar en la felicidad como una especie de alegría, bienestar, contento, algo placentero y agradable. Una condición que la sociedad en la que hoy vivimos propugna se puede alcanzar a través de la voluntad, con la sola fuerza del deseo. Sin embargo, lo que vemos son sociedades en las que el individualismo y el egocentrismo, progresivamente han instalado la desconfianza y la corrupción, y donde cada vez más gente se siente sola, infeliz y frustrada.
Escrito por el destacado psiquiatra ricardo Capponi.