Un joven que pertenece a las tribus de la Gente Pequeña se pasea por el bosque gritando “¡Vendo risas, buenas risas! ¡Risas y sonrisas que alegran corazones cansados!”. Es Arien, quien se ha asociado con Bli, un anciano que se dedica a fabricar risas para llevar la paz a los lugares más oscuros del gran bosque. Hay risas de primaveras y de invierno, las hay de polvo de alas de mariposas y también algunas con una pizca de natre; las hay de todas las clases y para todos los habitantes.
Un libro lleno de imaginación, en el que valor de la alegría es fundamental.