He empezado 35 cartas, y todas comienzan con “Tengo 17”, pero después no puedo escribir más. No quiero arruinar lo que tenemos. No quiero perderlo. Me veo como una estúpida. Parece que estuviera aquí sentada escribiendo cartas a la oscuridad, esperando una respuesta. Ni siquiera te conozco, pero siento que te entiendo. Siento que me entiendes. Y eso es lo que más me gusta de todo esto.
¿Y si las palabras de un desconocido pudieran sanar tu corazón?