Un relato en primera persona del nombramiento y destitución del autor como ministro de las Culturas. En pocas horas, fue convertido en un ser aborrecible: un negacionista, un impostor, un fascista, un racista, un mal hijo, un agente de la policía política de Pinochet y hasta “un ser despreciable”.
Este relato sobre cómo se construye, justifica, difunde y masifica la ruindad humana debe servirnos para estar en guardia contra actitudes que, de tolerarse, terminarán emponzoñando nuestra vida social y minando los fundamentos de nuestra democracia.