I Ching ofrece un enorme abanico interpretativo que atrajo desde antaño a los antiguos pensadores, quienes lo ampliaron con sus comentarios y lo transformaron en el primero de los libros clásicos del confucionismo. Se convirtió, así, en una obra fundamental del pensamiento que traspasó fronteras hasta Occidente y ayudó a dar forma a nuestra modernidad.
Antes como ahora, el Libro de las Mutaciones sigue ejerciendo su fuerza evocadora: ayuda a conocerse mejor a uno mismo y permite que nuestro pensamiento evolucione en la complejidad de la vida.