Nadie me dijo que esto de madurar se hiciera tan cuesta arriba, y por lo menos en mi caso, parece que no puedo tener una vida tranquila. Aunque si lo pienso fríamente después de todo lo que ha pasado el último verano. Mi vida aún si cabe se ha hecho más caótica, por no decir que parece que no dejo de meter la pata una vez tras otra. Yo sólo dejo caer que me tendrían que haber avisado de lo que se me venía encima. Hubiera sido un grandísimo detalle, aunque tampoco es que todo haya sido malo.