Han pasado siete años desde que Leo y Maddie se vieron por última vez. Y aunque a Maddie le encantaría que fuera cierto, no ha conseguido olvidar a Leo, el que fue su primer amor. No quiere volver a verlo, algo complicado, al ser este un actor en ascenso y su imagen estar hasta en la sopa. Leo no ha conseguido olvidarla, pero saber que van a trabajar juntos en su próxima película no le hace ninguna gracia. El problema es que Maddie odia a los actores y no confía en sus dos caras.