Como pone de manifiesto El otoño de la Edad Media, Johan Huizinga (1872-1945) llevó a la perfección la tarea de reconstruir las formas de vida y las pautas culturales del pasado. No sólo constituye el juego una función humana tan esencial como la reflexión o el trabajo, sino que, además, la génesis y el desarrollo de la cultura poseen un carácter lúdico.
Importante obra intelectual respecto al papel que desempeña el juego en la sociedad.